Del Renacimiento a finales del siglo XIX, los canons de la antigüedad clásica suscitaron admiración y se fijó en las obras de este periodo el modelo a seguir para todos los nuevos artistas. En la formación de estos artistas, se hizo indispensable el estudio de las copias en yeso de esculturas clásicas como vehículo del buen gusto.

En la Barcelona Academy of Art, los alumnos utilizan los yesos para ejercitar la mano y el ojo, estudiar las proporciones y los contornos. Los yesos se agrupan por niveles, y el aprendizaje está secuenciado de manera que el alumno adquira conocimientos cada vez más complejos a medida que va superando los ejercicios.